Mujer Informa 11/02/25. En esta edición, hablamos sobre los aranceles de Trump al acero y aluminio.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva imponiendo un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, una medida que busca fortalecer la industria nacional pero que genera preocupaciones a nivel global.
«Esto es importante, vamos a hacer a Estados Unidos rico de nuevo», declaró Trump desde el Despacho Oval, enfatizando que la decisión no contempla excepciones ni exenciones y entrará en vigor el 4 de marzo.
Además, el mandatario dejó abierta la posibilidad de imponer nuevos aranceles a sectores estratégicos, como el automotriz, el farmacéutico y el de chips informáticos, intensificando así la guerra comercial con varios países.
¿Por qué impone Trump estos aranceles?
La administración Trump justifica esta decisión como una estrategia para proteger la industria siderúrgica estadounidense y reducir la dependencia de importaciones extranjeras. Sin embargo, expertos advierten que el impacto real podría ser contraproducente, ya que EE.UU. no produce suficiente acero y aluminio para abastecer su demanda interna.
Según Morgan Stanley, en 2023, el 80% del aluminio utilizado en EE.UU. fue importado, mientras que en el caso del acero, la proporción fue menor, pero aún clave para industrias como la automotriz, la aeroespacial y la construcción.
Los fabricantes nacionales podrían elevar los precios de sus productos ante la falta de competencia, lo que generaría un aumento en los costos de producción para varias industrias y, en última instancia, un impacto en los consumidores.
¿Cómo afecta a América Latina?
El anuncio de estos aranceles genera preocupación en América Latina, especialmente en países que dependen de la exportación de estos metales hacia EE.UU.
México: principal afectado en la región
México envía más del 80% de su acero y aluminio a EE.UU., por lo que el aumento de costos impactará directamente en su industria manufacturera. El gobierno de Claudia Sheinbaum expresó su descontento, señalando que «no se justifican» los aranceles, ya que México no tiene un déficit comercial con EE.UU. en estos productos.
Sin embargo, el país ha optado por una postura diplomática y anunció mesas de diálogo con Washington para negociar posibles excepciones o medidas compensatorias.
Argentina y Brasil: incertidumbre ante las nuevas restricciones
Argentina, séptimo mayor exportador de aluminio a EE.UU., ve en riesgo su posición estratégica en el mercado estadounidense. Durante el primer mandato de Trump, Buenos Aires logró negociar exenciones, pero en esta ocasión, no hay garantías de que se repita el acuerdo.
Brasil, el segundo mayor exportador de acero a EE.UU., también enfrenta incertidumbre. El gobierno brasileño ya ha iniciado conversaciones con Washington para encontrar soluciones que minimicen el impacto en su economía.
Colombia y el resto de la región
Las cámaras de comercio de Colombia estiman que los nuevos aranceles afectarán exportaciones por más de 750 millones de dólares en aluminio y acero. Otros países de la región que dependen del comercio con EE.UU. también están evaluando estrategias para diversificar sus mercados y reducir su vulnerabilidad ante medidas proteccionistas.
Reacciones internacionales y posibles represalias
La medida ha generado un fuerte rechazo en la comunidad internacional.
Canadá, el mayor exportador de aluminio a EE.UU., calificó los aranceles como «totalmente injustificados». El ministro de Innovación canadiense, Francois-Phillippe Champagne, advirtió que la decisión «alterará gravemente la competitividad de América del Norte».
La Unión Europea ya evalúa contramedidas arancelarias a productos estadounidenses como represalia.
China, que recientemente recibió aranceles adicionales de EE.UU., podría intensificar la guerra comercial imponiendo nuevas barreras a productos estadounidenses, lo que afectaría a sectores estratégicos como la tecnología y la energía.
Impacto en la economía global
Los nuevos aranceles de Trump complican aún más un mercado que ya enfrenta una crisis de sobreproducción.
Según la OCDE, el excedente mundial de acero se encuentra entre 500 y 560 millones de toneladas, con China como el principal productor. Este país ha reducido su consumo interno, lo que ha desplomado los precios del acero a nivel mundial.
La incertidumbre en el mercado y las posibles represalias de otros países podrían afectar no solo a EE.UU., sino también a sus socios comerciales.
Lecciones del pasado: el primer gobierno de Trump
Durante su primer mandato (2017-2021), Trump impuso aranceles similares del 25% al acero y del 10% al aluminio. Sin embargo, con el tiempo negoció exenciones para varios países, incluidos Canadá, México y Brasil.
Los efectos en EE.UU. fueron mixtos:
✅ Aumentó la producción nacional de acero y aluminio.
Efectos negativos:
Subieron los costos de manufactura para industrias como la automotriz y la de bebidas.
Los consumidores pagaron más por productos como automóviles y latas de aluminio.
Se perdieron miles de empleos en sectores dependientes de estos materiales.
Un informe de Tax Foundation concluyó que los aranceles redujeron la competitividad estadounidense y aumentaron los precios al consumidor.
¿Qué viene ahora?
Los nuevos aranceles de Trump representan un nuevo desafío para la economía global y especialmente para Latinoamérica, que mantiene una fuerte relación comercial con EE.UU.
Si bien el presidente estadounidense defiende esta política como una estrategia para proteger la industria nacional, la historia reciente muestra que los efectos pueden ser mixtos y contraproducentes.
Las próximas semanas serán clave para ver cómo responden los países afectados y si es posible negociar acuerdos o exenciones que mitiguen el impacto económico de esta nueva ola de proteccionismo.
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