Claudia T. Witrón 12/junio/2025
Reflejos de la Política
Hoy continuamos con la serie: El Costo Humano del Poder: Migración, Poder y Fracturas en EE.UU., en esta ocasión analizamos el trabajo de millones de migrantes indocumentados que durante décadas ha sido la columna vertebral silenciosa de la economía estadounidense. Hoy, ese mismo pilar es atacado con redadas, discursos de odio y nuevas directivas desde la Casa Blanca. El presidente Donald Trump ha reactivado —y en muchos casos radicalizado— su estrategia migratoria contra quienes, sin papeles, levantan granjas, cocinas, techos y ciudades enteras.
En los primeros 100 días de su nuevo mandato, Trump ha ordenado el refuerzo de operativos ICE, ha presionado a estados para revocar protecciones locales, y ha vuelto a hablar públicamente de sancionar a empleadores que “toleren ilegalidad”. Pero ¿quién va a sembrar, limpiar, construir y servir si ellos se van?
La economía invisible
Según el Migration Policy Institute, más de 7.6 millones de migrantes indocumentados trabajan actualmente en EE.UU. De ellos, más de 4.9 millones son mexicanos. Se concentran en sectores vitales:
- Agricultura: 53% de trabajadores de campo.
- Construcción: 19% de mano de obra.
- Limpieza y servicios: 22% del personal operativo.
- Restaurantes y cocina: casi 1 de cada 3 cocineros.
En muchos casos, estas personas trabajan más horas, por menor salario y sin prestaciones, mientras pagan impuestos mediante ITIN (números fiscales alternativos).
El costo humano de las redadas
Desde febrero, ICE ha incrementado operativos en Texas, California, Georgia y Florida. En un solo fin de semana, más de 1,800 personas fueron detenidas, muchas sin antecedentes. Las imágenes de niños llorando porque su madre fue detenida frente a la escuela, o de familias enteras escondidas por miedo, han vuelto a circular con fuerza en redes sociales.
El miedo ha regresado: niños faltan a clases, trabajadores abandonan empleos, comunidades enteras se paralizan.
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El impacto directo en México
Cada nueva deportación implica:
- La pérdida de ingreso para familias en México.
- Interrupción de remesas (que en 2024 alcanzaron los 63 mil millones USD).
- Repatriación forzada de personas sin redes ni recursos en su país de origen.
- Saturación de albergues y programas migratorios en la frontera.
México recibe un flujo creciente de retornados vulnerables y familias fragmentadas por decisiones tomadas a miles de kilómetros, en un escritorio que no los ve.
¿Y los derechos laborales?
Una de las contradicciones más evidentes es que muchos empleadores dependen de esta mano de obra, pero no pueden defenderla públicamente sin ponerse en riesgo. Además:
- Hay millones de casos documentados de abuso laboral, explotación sexual o amenazas a trabajadores indocumentados.
- Muchos no denuncian por temor a la deportación.
- Algunas cortes ya han empezado a cuestionar las redadas como violación a derechos humanos, sobre todo en casos de separación familiar y detenciones sin orden judicial.
Y ahora quien va a trabajar?
El presidente Trump sostiene que al “limpiar” de indocumentados se fortalece el país. Pero la realidad es que al perseguir a quienes sostienen los cimientos de la economía con su trabajo, se debilita el tejido mismo de la sociedad.
No se puede construir prosperidad sobre el miedo. Ni exigir productividad mientras se niega humanidad.
¿Quién mantiene en pie a una nación cuando los que la sostienen son criminalizados?
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La opinión de los editorialistas es propia y no representa la opinión de la revista.