El amor que cruza fronteras: un mexicano deportado logra reunirse con su perro
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Mujer Informa 15/12/25
La migración forzada suele romper familias, rutinas y afectos. Pero esta historia demuestra que el amor verdadero también tiene cuatro patas y que, cuando hay voluntad y solidaridad, las fronteras pueden volverse un poco más humanas. Tras 77 días de separación, Fernando Salazar, un mexicano deportado desde California, logró reencontrarse con su perro gracias al trabajo incansable de asociaciones y voluntarios de ambos lados de la frontera.
Fernando y “El Chapo”: un vínculo que la deportación no pudo romper
Cuando Fernando fue deportado desde Estados Unidos, dejó atrás mucho más que una vida construida en California. Tuvo que separarse de “El Chapo”, su perro y compañero emocional, quien quedó resguardado en Pomona, al este de Los Ángeles.
Para Fernando, El Chapo no era solo una mascota. Era su apoyo, su familia y su ancla emocional en medio de la incertidumbre migratoria. La distancia, el miedo a perderlo y la impotencia marcaron semanas difíciles en las que parecía imposible volver a verlo.
La solidaridad que se organiza y actúa
Aquí es donde entra la parte más luminosa de la historia. Voluntarios y asociaciones de protección animal y apoyo a migrantes en Estados Unidos y México decidieron actuar. Coordinándose desde Pomona hasta el punto final del reencuentro, lograron algo que parecía inviable: transportar por carretera a El Chapo hasta donde Fernando pudiera volver a abrazarlo.
Este esfuerzo incluyó:
Resguardo responsable del perro.
Trámites, logística y cuidados durante el traslado.
Comunicación constante entre asociaciones de ambos países.
Un compromiso genuino por el bienestar emocional del humano y del animal.
Nada de esto fue pagado. Todo fue impulsado por empatía, amor y trabajo comunitario.
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77 días después: el reencuentro que conmovió a todos
El momento del reencuentro fue tan emotivo como esperado. Fernando y El Chapo se reconocieron de inmediato. No hubo dudas, solo alegría, lágrimas y un abrazo que resumía resistencia, amor y esperanza.
Este reencuentro recordó algo fundamental: los animales también sufren las consecuencias de la deportación y la separación, y su bienestar importa tanto como el de las personas.
El papel clave de las asociaciones en ambos lados de la frontera
Esta historia también pone en el centro el trabajo silencioso pero vital de las organizaciones civiles, que muchas veces suplen vacíos institucionales. Asociaciones de Estados Unidos y México demostraron que la cooperación binacional puede cambiar vidas cuando se pone el corazón al frente.
Su labor:
Defiende el derecho al vínculo humano-animal.
Humaniza las historias de migración.
Construye puentes donde otros solo ven muros.
Más que una historia emotiva, un mensaje poderoso
El caso de Fernando y El Chapo es mucho más que una noticia conmovedora. Es un recordatorio de que:
El amor por una mascota puede ser tan profundo como cualquier otro lazo familiar.
La solidaridad organizada sí transforma realidades.
Aun en contextos tan duros como la deportación, la empatía sigue siendo posible.
Porque cuando el amor es real, ni la distancia ni las fronteras lo detienen. 🐾💙
Una historia que demuestra que el amor por una mascota cruza fronteras y mueve corazones 🤍🐕 Si quieres ver este y más artículos, sigue en mujerinforma.com ✨📲