Incertidumbre regulatoria y política frena la confianza empresarial en México
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Ciudad de México, 15 de septiembre de 2025 ✍️ Por Jorge Martínez Cedillo
México atraviesa un escenario económico con estabilidad en sus indicadores macro, pero con una confianza empresarial limitada. La razón: la incertidumbre regulatoria y política que frena las inversiones y mantiene cautela en los sectores productivos, en especial el agroalimentario.
Las expectativas oficiales para 2025 son modestas: 0.4% de crecimiento económico y una inflación de 3.97%, de acuerdo con Banxico. El Paquete Económico 2026 prevé una ligera recuperación con un rango de entre 1.8% y 2.8% de crecimiento y una inflación controlada en 3.0%.
El analista César Rafael Ocaña Romo, director de NexusAgronegocios, advierte que este panorama no significa crisis, pero sí refleja un entorno en el que los riesgos regulatorios, los amagos arancelarios y la incertidumbre postelectoral complican la toma de decisiones para los inversionistas.
Comercio global: de la eficiencia a la seguridad
La dinámica del comercio internacional ya no gira en torno a la eficiencia, sino a la seguridad, energía, alimentos y tecnología. En este nuevo tablero geopolítico, México se enfrenta a presiones constantes de su principal socio comercial: Estados Unidos.
Los ejemplos son claros:
Aranceles al tomate, frutas y hortalizas.
Restricciones sanitarias al ganado.
Suspensión temporal de exportaciones de aguacate por temas de seguridad.
Disputas sobre maíz transgénico y glifosato.
“Hoy, el agro mexicano compite cada ciclo exportador y cada cadena que cumple auditorías lo demuestra, pero la normalidad competitiva debe profundizarse”, expresó Ocaña Romo.
El peso del agro en la economía
De acuerdo con el INEGI, el PIB nacional en 2024 fue de 35.3 billones de pesos, donde el sector primario aportó 4.4%, el secundario 33.3% y el terciario 62.3%.
Sin embargo, Ocaña destacó que el PIB agroalimentario —primario, transformación y servicios asociados— representa 14.3%, equivalente a 5 billones de pesos, poco más de la mitad de todo el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025.
A pesar de ello, la asignación presupuestal refleja contrastes. Mientras Energía prácticamente duplicará recursos en 2026, Agricultura y Desarrollo Rural apenas tendrá un incremento de 0.9% y la CONAGUA incluso reducirá su presupuesto en -1.16%.
La concentración económica y sus desigualdades
Cuatro estados —Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y Nuevo León— concentran el 40% del PIB nacional, dejando al resto de las 28 entidades con menor inversión e infraestructura.
“En este mapa, las regiones agroexportadoras funcionan como islas de competitividad. Es indispensable fomentarlas y fortalecerlas”, puntualizó el especialista.
Agua y migración: los temas críticos
Uno de los mayores riesgos para el agro es el estrés hídrico. Sequías constantes afectan granos, frutas, hortalizas y ganado. Sin agua, no hay producción ni competitividad posible.
Además, temas de migración y narcotráfico (fentanilo) se entrelazan con medidas regulatorias y arancelarias bajo el paraguas de la “seguridad” en la relación bilateral con Estados Unidos, lo que coloca a México bajo presión constante.
El reto del T-MEC
El T-MEC, con sus estrictas reglas en materia laboral, ambiental, sanitaria y automotriz, representa tanto una oportunidad como un riesgo.
Ocaña señala que la política en Washington seguirá apuntando al déficit comercial con México, pero también reconoce que “las cadenas que cumplen estándares y anticipan riesgos son las que permanecerán. Hoy, la consistencia define la permanencia”.
Riesgos políticos internos
Las reformas judicial y electoral elevan las dudas sobre la independencia judicial y la certidumbre institucional. Ante ello, varios sectores productivos han comenzado a diversificar sus inversiones hacia el extranjero.
“El país puede dejar de narrarse como un riesgo y consolidarse como lo que ya es: un proveedor confiable para Norteamérica. Pero para ello debe garantizar sanidad impecable, productividad hídrica y una logística sin fallas”, afirmó Ocaña Romo.
México se encuentra en una posición estratégica: su cercanía con Estados Unidos y Canadá lo convierte en socio natural para suplir demanda agrícola y alimentaria. Sin embargo, la falta de certidumbre regulatoria y política, las tensiones geopolíticas y la crisis del agua representan desafíos que deben atenderse con visión de Estado.
La oportunidad está sobre la mesa: pasar de ser visto como un riesgo, a consolidarse como el proveedor confiable que el mundo necesita.
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