Mascotas y alergias: Cómo convivir sin sacrificar la salud

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Mujer Informa 22/08/25

Tener una mascota es sinónimo de amor incondicional y compañía, pero en algunos casos también puede traer consigo alergias que afectan el bienestar físico. La buena noticia es que, con medidas preventivas y hábitos de higiene, es posible disfrutar de esa conexión tan especial sin renunciar a la salud.


Comprender las alergias a mascotas

Las alergias no aparecen por el pelo como se cree, sino por proteínas microscópicas presentes en la saliva, orina y caspa de los animales. Estas se adhieren al pelo y a las superficies del hogar, volviéndose difíciles de eliminar.

Los síntomas pueden variar: desde un simple estornudo hasta crisis asmáticas. También pueden empeorar en temporadas de invierno, cuando los espacios se ventilan menos. Entender este origen ayuda a que la persona con alergia no culpe directamente al animal, sino que busque estrategias de manejo más efectivas.


Elegir la mascota adecuada según tu sensibilidad

Si eres alérgica o alérgico, no significa que debas renunciar a tener un animal de compañía. Existen razas hipoalergénicas de perros y gatos que liberan menos alérgenos, aunque ninguna es 100% libre de ellos.

En algunos casos, los animales pequeños como peces, reptiles o incluso conejos pueden ser una opción perfecta. También es recomendable pasar varias horas con la mascota antes de adoptarla, para observar tu reacción y evitar decisiones impulsivas que puedan derivar en devoluciones dolorosas.


Higiene y limpieza del hogar

El control del ambiente es uno de los pasos más importantes. Los baños regulares reducen de forma significativa la cantidad de caspa acumulada. Además, un cepillado frecuente al aire libre ayuda a que los alérgenos no se dispersen dentro de casa.

Los textiles son grandes acumuladores de polvo y caspa, por eso conviene aspirar sofás, alfombras y camas con filtros HEPA. Incluso, muchas familias encuentran útil mantener a la mascota fuera de la recámara, ya que ese es el lugar donde se pasa más tiempo y donde los síntomas pueden intensificarse.


Medidas personales de prevención

Más allá de la limpieza del hogar, la rutina personal de higiene marca la diferencia. Lavarse las manos después de acariciar a la mascota y cambiarse de ropa si ha estado mucho tiempo encima de ti son hábitos simples pero efectivos.

Evitar que los animales suban a la cama es un sacrificio que puede resultar duro, pero disminuye notablemente la exposición nocturna. Los purificadores de aire y mantener las ventanas abiertas algunas horas al día también ayudan a renovar el ambiente y reducir partículas suspendidas.


Consulta médica y tratamientos

Cuando los síntomas son frecuentes o intensos, lo más recomendable es acudir a un alergólogo. Este especialista puede sugerir tratamientos personalizados como antihistamínicos, inhaladores o incluso inmunoterapia, que entrena poco a poco al sistema inmune para tolerar mejor el alérgeno.

Además, un diagnóstico adecuado permite descartar otras causas de los síntomas, como polvo, polen o moho, que muchas veces se confunden con alergia a mascotas.


Beneficios emocionales que compensan las alergias

Los beneficios emocionales de una mascota superan, en la mayoría de los casos, las incomodidades de la alergia. Estudios científicos demuestran que acariciar a un perro o gato reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la oxitocina, la llamada “hormona del amor”.

Tener una mascota también promueve la actividad física a través de paseos y juegos, mejora la autoestima y refuerza la empatía. En familias con niños, la convivencia con un animal fomenta el sentido de responsabilidad y la capacidad de cuidar de otro ser vivo.


Trucos adicionales según el tipo de mascota

Cada especie requiere cuidados diferentes:

  • Perros: mantener almohadas y colchonetas limpias, aspirar los lugares donde duermen y bañarlos con shampoo especial para piel sensible.
  • Gatos: limpiar la caja de arena diariamente y ubicarla en un espacio ventilado. Usar arena aglomerante sin perfume puede reducir irritaciones.
  • Conejos y roedores: limpiar jaulas y mantas todos los días; los residuos de heno o viruta pueden agravar alergias respiratorias.
  • Aves: limpiar frecuentemente los comederos y bebederos para evitar polvo y partículas que se dispersan fácilmente en el aire.

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Jazmin M.I
Jazmin M.I
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